Madre Naturaleza

En Milford es fácil conocerla, está en cualquier parte, te rodea en todo momento y de vez en cuando, te sorprende. La semana pasada lo hizo con un terremoto de 7.8, y desde entonces ha habido cuatro más que yo haya sentido, pero mucho más pequeños. Y ahora lo hace dejándonos aislados, por primera vez desde que llegué.
Todo empezó anoche, cuando el buen día que estaba haciendo decidió ocultarse, y dejó su lugar a una inmensa cantidad de nubes negras, que llevan desde ése instante descargando agua. Lo hace a ráfagas, pero no es bueno confiarse cuando no está lloviendo, cambia rápido y puede cogerte desprevenido. Pero desde ésta noche, ha decidido que no era sufieciente con la lluvia y nos ha mandado al viento. Un viento que agita con fuerza la vegetación, que hace amagos de arrancar el techo y las paredes que nos protegen, que transporta el agua con violencia hacia los cristales, unos rayos y truenos que iluminan y rugen con fuerza respectivamente, observar que el río que tenemos a un lado del lodge está desbordado, la aparición contínua de cascadas en cualquier tramo de todas las montañas que nos ocultan la luz del sol, que provocan que te quedes mirando una tormenta de una magnitud desconocida hasta entonces. Tal es su fuerza, que nos ha dejado aislados, la carretera está cerrada desde media hora después de Te Anau, lo cual es casi en su totalidad. Y parece que mañana nos mandará la nieve para rematar el espectáculo. Así que si la Madre Naturaleza me lo permite, mañana intentaré ir a hacer fotos al fiordo, que debe estar rebosante de agua, y Lady Bowen debe bajar con más agua que nunca y ésa foto hay que tenerla.
Ayer, ántes de cenar, según entré en la cocina me encontré con un grupo de seis catalanes que están viajando por Nueva zelanda, así que me senté a la mesa con ellos y les conté las cosas que más me habían gustado a mí del viaje del año pasado y algunos sitios a los que ir, El Sabroso fue una de las primeras recomendaciones, y también el Fergburger. Hoy tenían pensado irse, pero les ha resultado complicado, así que han tenido que retrasar el viaje un día, esperemos que sólo tenga que ser uno y puedan seguir el viaje sin mucho retraso.
En cuanto a lo del trabajo, el día que volví de Queenstown me pasé por el Blue Duck y hablé un poco con Japke, la jefa, que me dijo: "bueno, ahora ya puedes trabajar" a lo que contesté de forma afirmativa y le añadí un "es lo que me gustaría, quiero hablar con Jorg" pero ahí me dijo que Jorg está intentado contratar sólo neocelandeses después de la "multitudinaria huida" que ha habido, así que a ver qué sucede.