Mis días en Milford

Los primeros días en mi nueva casa estuvieron bastante bien, aunque al ir al Pub, me encontré con el problema de que sin linterna no podía ir a ningún sitio, ya que aquí las luces artificiales fuera de las habitaciones brillan por su ausencia, así que entre la luz que me daba una luna casi llena y la ayuda de mi cámara de fotos no hubo mucho problema para ir y volver. Una pena que mi cámara no pueda hacer fotos de paisajes nocturnos sin luz, porque el ver la silueta de todas las montañas que nos rodean, que no son pocas, y con las cimas nevadas es increíble. Así pues, la linterna fue la primera cosa que apunté en la larga lista de la compra.
En Queenstown tampoco hicimos gran cosa, un poco de cine, Terminator, un poco de resolver cosas pendientes, un poco de juegos de mesa, unos desayunos considerables en el Patagonia y un bastante de internet. Así puede resumirse las aproximadamente 40 horas que estuvimos por allí. Eso sí, pude hacer una compra para tener provisiones en Milford, y aunque Nico y Sandra fliparon un poco, bueno, y la dependienta también, pero al ser la primera compra es la más grande, pero bueno, nada de lo que compré se va a desperdiciar, de eso podéis estar seguros. Comentar también que Queenstown está bastante más poblado que la última vez que estuve, pero es normal, ya han abierto las primeras estaciones de ski, que lamentablemente veo complicado poder utilizar alguna de ellas, pero ya se verá. Y la cosa del trabajo sigue estando bastante complicada, incluso para la gente con Working Holidays, ponía en el periódico que había más de 1000 personas intentando encontrar trabajo y que de momento no había nada.
Y ya estamos de regreso en Milford, Nico tuvo ayer y hoy días libres, así que ayer nos quiso preparar unos negritos, que muy a a nuestro pesar no estaban todo lo rico que nos hubiese gustado, pero la culpa es de los negritos de aquí. Pero entre el arroz, el guacamole, humus y un poco de queso nos dimos más que satisfechos y pudo saciar el hambre que teníamos.
Las tardes las paso en el Pub, en donde casi siempre están Pato y Ashley, que está aprendiendo un poco de castellano, así que nos echamos una mano mutuamente. Luego suelen pasarse Sharon, Anja, Nico, Sandra y Alex, un argentino que llegó hace unos días de sus vacaciones y entre charlas, juegos de cartas y cualquier cosa que pase se nos pasan las horas, hasta que llega el momento de volver andando al albergue.
Anoche cuando llegué al pasillo en el que está mi habitación, volví a ver un possum, pero ésta vez mucho más tiempo y con mejor luz que en las escaleras de Queenstown. A partir de ahora me llevaré la cámara para poder poneros fotos de éstas cosas.
Ésta mañana, me he encontrado con una reunión de sandflies en mi habitación, entre la ventana y la cortina, así que se ha producido una matanza en la que habré acabado con unos 50. Y mientras mis dedos querían aplastar más bichitos me he encontrado con una araña de un tamaño considerable, que tiene su casa justo encima de la lámpara del techo, por lo que después de dialogar un rato, hemos llegado a un pacto de no agresión y ayudarnos en acabar con los sandflies, que últimamente se han multiplicado, debe de ser por la lluvia. Así que mi amiguita la araña hot se está poniendo las botas y aprovisionando para el invierno, porque hemos reducido considerablemente el número de sandflies, así que espero que no queden muchos. Y del pacto con la araña, ya veremos como va, pero confío en que el largo trayecto de su casa a mi cama y toda la comida que va a tener, además de su palabra sean suficientes para mantener el pacto unos días, luego ya veremos.
En Queenstown pude subir las fotos de los días que llevo en Milford, en las que están las fotos del crucero que hice con las argentinas, del camino del albergue al Pub, del albergue y de todo lo que nos rodea.