El viaje sigue

Me quedo en Milford, no en el albergue de Nico, pero sí en uno que está a 5 o 10 minutos andando. Me cuesta lo mismo que en el que estaba en Queenstown, pero tengo una habitación sólo para mí y estoy a tiropiedra de mi primo, Pato y compañía. Además si el brazo se cura pronto podría hacer camas y el alojamiento y la comida me salrían gratis, aunque no me cambiasen el visado, pero que tampoco me preocupa ahora, ya que si tengo que salir de Nueva Zelanda en agosto, aprovecharía para recorrer un poco de Australia ántes de volver a ir a Asia, que ya que estoy, tengo pensado hacerme el curso de buceo, que me quedé con ganas. Puede que allí me reuna con mi padre y con mi hermano en agosto y con mi segunda madre unos meses más tarde, aunque todo esto aún está por ver, que mi primera madre también quiere apuntarse y que también en agosto hay 4 amigos recorriendo India, pero vayamos por partes como diría Jack "el destripador".
De momento ya he deshecho la maleta y puesto la camiseta del cincuentenario en la puerta para decorarla un poco y el lúnes iré a Queenstown con Nico y Sandra para comprar comida para pasar un par de semanas hasta que vuelva a ir. Intentaré ir actualizando colándome en el albergue de mi primo a usar internet nada más que para mirar el correo y manteneros informados. Así que ahora mismo se plantean dos meses aislado en el maravilloso entorno de Milford, que aunque podáis pensar que me van a comer los kea del aburrimiento, entre pelis, libros, música, series y acercándome por las tardes-noches al pub y a estar con Nico un rato espero poder mejorar mi inglés, vivir los cortes de la carretera, ver éste paisaje completamente nevado y todas las aventuras que vayan a pasarnos.
Lo de Australia y Asia es lo que tengo en mente ahora mismo, si no encontrase nada, pero si surge algún trabajo en cuanto el brazo mejore un poco podría hacerme cambiar de planes, o por lo menos postponerlos un tiempo, ver veremos.
Así que finalmente, muy a mi pesar, y mira que tuvo mucho peso en la primera lista de pros y contras que he hecho en mi vida, no podré estar físicamente en la boda de mi hermano Raúl (1 padre, 2 madres, 3 hermanos... ¡madre mía que locura!) pero estaré, de eso no me cabe la menor duda, y ya lo celebraremos de otra manera. A Paula dile que lo siento de veras y que espero que no me odie el resto de sus días.
En Queenstown os contaré cómo han ido los primeros días en mi nuevo hogar. Y si alguno estáis interesados en enviarme alguna carta o algo, ya tengo una dirección en la que recibirla, sólo pedirla.