Queenstown

Algo más de una semana en Queenstown, y la verdad que el cambio de albergue es una de las mejores cosas que podría haber hecho, ya que estoy empezando a cogerle cariño a ésta ciudad una vez abandonado el Xbase, que es el albergue al que van todos los grupos de gente (principalmente guiris sedientos de alcohol) que están e aquí de paso y en el que entre borracheras y gritos es un poco complicado descansar, aunque a veces se tiene suerte con la habitación.
Ahora estoy en uno un poco más alejado, tampoco mucho, a cinco minutos andando, eso sí, rodeado de unas cuestas que nada tienen que envidiar al Angliru, pero he encontrado unas escaleras que me quitan media cuesta y así no pierdo la forma. Éste albergue es más familiar, más traquilo y más barato.
Me instalé aquí el jueves a primera hora de la mañana, ya que el miércoles me desvelé y apenas pude dormir, así que aproveché el día, y nada más abandonar el otro albergue, cogí dos guantes que estaban tirados en el suelo, así que ya tengo unos guantes prácticamente nuevos para proteger mis manos del frío, unos dólares que me ahorro. Me fuí a desayunar para hacer un poco de tiempo y no presentarme en el albergue ántes de las 8 de la mañana, hora a la que abren la recepción. Cuando llegué, dejé las cosas y me fuí a hacer las compras para poder empezar a cocinar y a desayunar gastándo menos dinero.
Estoy en la habitación con un galés y un inglés, que están trabajando en una obra para conseguir algo de dinero ántes de continuar con su viaje por la isla Sur, ventajas de tener el Working Holidays, pero ya están avisados de que si se enteran de algún trabajo cuenten conmigo. Además ayer jugué mi primera pachanguilla de rugby con gente que sabe jugar, y algún que otro golpe nos llevamos todos, pero nos echamos unas risas en uno de los pocos días en los que el tiempo a acompañado a hacer actividades al aire libre, ya que prácticamente todos los días ha estado lloviendo, algunos de ellos de manera expectacular.
Durante ésta semana Pato hizo noche un día en Queenstown, aunque aún dormía en el otro albergue, así que fue hace ya unos días.
El tema de trabajo sigue igual, de momento nada, en las agencias de trabajo sólo ayudan a la gente con el Working Holidays y en los sitios a los que he ido de momento nada. El principal inconveniente que estoy teniendo es para hacerme con un teléfono neocelandés, ya que ante la imposibilidad de liberar el mío, en Queenstown el más barato que tienen vale nada más y nada menos que 200 dólares, tarjeta prepago incluida, pero bueno, ésta semana si no consigo algo más barato tendré que hacerme con uno "baratito".
Anoche, aunque mi primo me lo niegue, ya que dice que es imposible, ví un possum vivo cuando iba por la escalera que os conté, intenté hacerle una foto, pero estaba demasiado oscuro. Lo curioso de ésto, es que había visto muchos , pero siempre muertos en las calzadas, ya que para el que no lo sepa, el possum (parecido a una zarigüeya) es un animal que entró en algún barco australiano, en dónde son especie protegida, y que no hay ningún depredador en Nueva Zelanda que los mate, a excepción del hombre, claro. Así que es como un deporte nacional dar muerte al possum, hasta tal punto que en las tiendas de regalos tienes todo tipo de prodductos elaborados con su piel. La verdad es que me pareció bastante majo el animalillo en cuestión.
Bueno, intentaré que la próxima actualización no tarde tanto en llegar. Os subo unas fotos de Queenstown y de las vistas desde el jardin del albergue en algunos de los ratos en los que no ha estado lloviendo.